Desde hace unos diez años, los juicios en redes sociales comenzaron a practicarse abiertamente sin los pocos mecanismos de control de imparcialidad con que cuentan otros medios como la radio, prensa o televisión. Ello además bajo la seductora posibilidad de ser el propio emisor de una opinión, sin que ninguna evaluación objetiva y calificada cuestione en lo mínimo la sensación de ser dueños de la verdad absoluta.
El juez de redes sociales, generalmente es una persona con buenas intenciones que a su manera busca la justicia. No obstante, su falta de legitimidad e información termina ocasionando todo lo contrario. Son jueces sin rostro. Tienen la oportunidad de escudarse en el anonimato, ya sea porque el perfil que utiliza para juzgar es falso, o en el mejor de los casos porque con perfil verdadero, no tiene mucho que perder si difama, calumnia o se equivoca.
El juicio de redes sociales es inquisitivo, ya que el encargado de acusar y de juzgar es la misma persona. Su principal objetivo es castigar al imputado con una pena; y aunque el catálogo de penas se limita a la vergüenza y descrédito público, implica daños colaterales bastante lesivos como la pérdida del trabajo, profesión o familia. Entre más se desacredite públicamente al imputado, mayor es su castigo. Supe de un joven que olvidó las llaves dentro de su casa, saltó la barda para recuperarlas, la policía lo detuvo por ladrón y lo presentó a un medio que con singular alegría le juzgó en una sección llamada “Galería de Malandros”, ocasionándole la pérdida de su trabajo, la expulsión de su escuela y la ruptura con su novia por orden de los padres. Ni qué decir sobre cómo le fue en las redes sociales.
El “Principio de Contradicción”, que es la posibilidad legal de que el procesado exponga su versión de los hechos para defenderse, no existe en los juicios de redes sociales. Por ejemplo, hace poco en mi portal “facebook.com/derechopenal” una persona compartió un video donde se desacreditaba mediáticamente a un supuesto violador que fue liberado y al juzgador que lo liberó. Le pedí más información porque en ninguna parte del video aparecía la declaración del supuesto violador, ni la explicación del juez; y el usuario se ofendió porque no me uní al linchamiento cibernético.
Lamentablemente el juicio de redes sociales tiene tal fuerza, que puede trascender al ámbito jurídico. Más si se trata de algún gobierno rehén de medios de comunicación. Así por ejemplo en el caso del ucraniano Aleksei Makeev, quien desde Cancún subía videos insultando a mujeres y niños mexicanos. Era tan antipático que fue linchado en su propio domicilio por un grupo de pobladores, repeliendo aquel la agresión con un cuchillo que dio muerte a un linchador de 20 años. A pesar de que en cualquier rincón de Iberoamérica, eso constituye una legítima defensa eximente de delito, el llamado “ruso” sigue en prisión por homicidio calificado ¿Cómo dejar libre a ese insolente, condenado ya en internet?
Debemos ser conscientes de que en un juicio de redes sociales la investigación suele ser nula. Basta subir la foto de cualquier policía, político, carpintero o sacerdote con la leyenda “violador”, “secuestrador” o lo que se nos ocurra, para que un grupo de justicieros frustrados considere ciegamente que la información es verdadera, y proceda a arruinar una o más vidas, de conformidad con las tendencias que marque la jauría digital. La libertad de expresión como cualquier otra libertad, implica también asumir responsabilidades, al menos la de comprobar la información, que no es poca cosa. De lo contrario mejor, zapatero a tus zapatos: que informen los comunicadores y que juzguen los jueces.
Ver en Periódico El Mexicano de fecha 18 de julio de 2018
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Como siempre excelente!!! Gracias
Muchas gracias Claudia. Un afectuoso saludo hasta S.L.P.
Excelente Maestro!!!
Saludos
Muchas gracias. ¡Un cordial saludo..!
Después de analizar la lectura quedo impactada ante la situación social en la que vivimos hoy en día, nos brinda una idea sumamente clara y a más de uno nos deja perplejos, Juicios sin control de imparcialidad, con jueces y el acusador que son la misma persona, sin pruebas ni un buen fundamento, entonces el destino siempre seria el mismo.
Encaminan y manejan su verdad de la manera en que lo creen más conveniente sin preocuparse por caer en el error o en la afectaciones de terceros, pero ¿conque fin lo hacen? ¿Realmente conocen las consecuencias que esto?
Supongo entonces que las personas inconformes con la ley han buscado la manera de tomar la justicia en sus manos y por el hecho de vivir en una época donde todo se maneja por medio de las redes sociales y donde la falta de cultura de la legalidad los ha llevado a realizar este tipo de juicios..
Donde el principio de contradicción evidente mente no tiene lugar, pues en estos juicios la única verdad es la del juzgador.
Pero sin duda me deja pensando acerca del caso del ¨ruso¨ como es que las autoridades no investigaron mas o por que fue juzgado de diferente manera, es quizás la presión de la sociedad o de las redes sociales, pero es que la justicia no puede cambiar únicamente por eso, si es así entonces que garantía tendríamos las personas de ser juzgados conforme a la ley.
SALUDOS CORDIALES!!
¡Saludos cordiales!
Super interesante el articulo!!!
Muchas gracias. Un cordial saludo